En primer lugar, el deepfake se ha ido popularizando día tras día, siendo para buenos o también malos ejemplos de uso.
Con esto, el buen uso de la unión de aprendizaje automático e IA puede traer grandes impactos comerciales o de entretenimiento.
Un ejemplo de ello es que hace unos días ha estado resonando un vídeo publicado por Elon Musk, en el que promociona la criptomoneda con el nombre de BitVex.
Pero varios usuarios descubrieron que se trataba de una gran estafa, en la que los delincuentes hacían uso del deepfake para sintetizar la voz e imagen del multimillonario, en este sentido, logrando recrear frases verdaderas.
En este video en particular, Musk revela que BitVex habría sido creado por él mismo y con un retorno del 30%.
Google incluso identificó este sitio que tomó la criptomoneda falsa como engañosa.
Por otro lado, esta tecnología también destaca por su lado bueno, este concepto no es más que la combinación de técnicas, que pueden sintetizar imágenes y sonidos, gracias a la Inteligencia Artificial.
Este logro se ha popularizado después de que varios videos de políticos y personalidades con voces y discursos reconstruidos virilizaran en Internet.
Entre los primeros en utilizar esta técnica de deepfake en Brasil estuvo el periodista y comediante Bruno Sartori.
Con muchos años ya involucrados en esto, explica que bien utilizada esta técnica puede ser sí, muy útil y ventajosa para los negocios, el entretenimiento e incluso en el área de la salud.
Donde esta tecnología ya se utiliza para analizar imágenes y poder detectar diferentes tipos de cáncer mediante una tomografía computarizada.
A pesar de que es una preocupación legítima constante, porque con ella se puede crear contenido inapropiado para cualquier tipo de persona.
Pero este tipo de uso es punible por el sistema legal y en el futuro tendrá leyes especiales para este asunto.
Uno de los puntos también será el impacto que esto puede causar en nuestra comunicación, pues según él el idioma ya no había sido una barrera entre naciones y personas, pues en las llamadas virtuales se podía comunicar con la persona que hablaba su lengua materna.
