En primer lugar, sabemos que el “trabajo híbrido” se convirtió en un concepto famoso, pero todavía estaba en proceso de aceptación en el mundo corporativo.
En este sentido, muchas empresas ya han optado por hacer home office de una manera más estructurada.
Pero la opinión predominante era que la productividad dependía de la presencia del individuo en su entorno de trabajo.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia del Covid-19 este escenario ha cambiado radicalmente.
Del día a la noche, buena parte de los profesionales se vieron obligados a hacer la guarida de ambientes profesionales y oficinas, por su propia residencia.
En una encuesta realizada por la consultora de carreras Korn Ferry, el 85% de las empresas optaron por el home office en 18 meses.
Esto ocurrió tras la confirmación de los primeros casos de Covid-19 en el mundo.
Con ello, numerosas empresas ya habrían iniciado todo el proceso de transformación digital, sirviendo tanto a los procesos corporativos internos como a las estrategias de negocio.
Este proceso de escaneo se ha convertido en un camino natural.
Fue visto como una buena solución estratégica para problemas de supervivencia en un mercado que es muy competitivo y siempre se está transformando.
En este sentido, surgieron muchas dudas, como si el grupo de red pudiera manejar y cómo alcanzar niveles de acceso en el trabajo remoto.
O también, si era seguro proporcionar este acceso remoto de toda la red corporativa.
Así que todas estas dudas fueron respondidas en esos dos años de pandemia.
Así, el término “call” se ha popularizado a lo largo de este tiempo, haciéndose viable para reuniones comerciales.
Y además, no hay problemas graves con la conectividad.
Ahora, con gran parte de la población vacunada, nuestra vida cotidiana ya ha cambiado.
Con esto, podemos ver cómo utilizar de forma inteligente la avanzada tecnología de la que disponemos.
Y ser capaces de hacer frente con mayor facilidad a toda la información y compromisos corporativos derivados de diversos modelos híbridos de trabajo.
